jueves, 3 de febrero de 2011

DE PARADO

Presentador: Juan De Battisti; Monologos: Emanuel Rodríguez y Jorge Monteagudo; Lugar: Club Zorba, Carlos Paz, enero y febrero de 2011.

Este género que, últimamente, se ha dado en llamar "Stand Up", pero que tiene años de historia (en Argentina solíamos llamarlos "capocómico" o "monologuista"), baste sólo mencionar a Tato Bores a nivel nacional y a Raúl Ceballos a nivel local, necesita de ámbitos adecuados para ser representados, porque el espectador debe seguir el hilo del discurso ya que es lo único teatral del espectáculo. Y el Club Zebra no es el lugar indicado. Es una lástima que el espectáculo se realice mientras el público cena, porque cuando fui, éramos un grupo numeroso que queríamos gozar de lo que este equipo integrado por Emanuel, Jorge y Juan nos ofrecían, pero también era numeroso el grupo que sólo gozaba gastronómicamente. Baste con decir, a modo de anécdota que, cuando las miradas de varios de los que queríamos gozar del espectáculo eran de reproche a los que gozaban gastronómicamente, una de estas señoras nos dijo "yo vine a cenar y a charlar con mis amigos". Pero son cosas que pasan y que, por sobre todas las cosas, les confiere a Emanuel, Jorge y Juan un enorme valor agregado ya que no sólo dan batalla para que el teatro cordobés esté presente en Carlos Paz, sino que, además, demuestran que se divierten, que gozan haciendo lo que hacen.
Y a pesar de estar, yo, bstante molesto con los degustadores gastronómicos, tengo que decir que salí muy conmocionado del Club Zebra porque los tres responsables del espectáculo demostraron que son excelentes en la materia.
Juan, como presentador, tiene un histrionismo tal que logra que su presentación sea un monólogo mas. Ocurrente, profesional (en el sentido primigenio del término) y hábil para captar la atención del público, logra que incluso que los degustadores gastronómicos, por momentos, permanezcan en silencio y se interesen por lo que está ocurriendo en el escenario.
Jorge, con unos anteojos que lo asemejan a una caricatura, demuestra que tiene mucha calle recorrida en el rubro y capta con efectividad la atención de los espectadores. Y muy inteligentemente inicia su monólogo con una historia de Jesús y la Virgen María en el que ésta, en calidad de madre, manda al hijo a la penitencia en la cruz.
Emanuel, en cambio, nos ofrece una actuación más austera, pero un monólogo extremadamente inteligente. Aflora su condición de escritor; no sólo sus temas son de una gran ironía, sino que, además, están perfectamente estructurados a través de enlaces ocurrentes, profundos e inteligentes. Para mí, conserva esa condición de adolescente que, con total desparpajo, nos hacía reir tanto cuando leíamos Una piedra en el zapato, pero cuando aborda el tema político, advertimos que su capacidad de síntesis y su madurez son excelentes. Más allá de que uno acuerde o disienta con sus puntos de vista.
De Parado es un espectáculo necesario de ver y prometo que voy a volver a verlo, pero cuando lo hagan en un lugar más adecuado, tipo café concert, porque salí muy contento, muy conmocionado. Por eso, a Emanuel, Jorge y Juan les digo Muchas Gracias.

José Luis Bigi

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