En esta oportunidad, la obra de Florencio Sánchez que retrata la realidad de una familia de clase media de principios de siglo XX que ha caído en desgracia en lo económico y que apuesta a la salvación a través del azar-juego-apuesta o de "casar a la nena con un rico que pueda mantener a la familia", es una realidad que sigue vigente, muy vigente en este primer decenio del siglo XXI, ya que la clase me media sigue apostando al azar, ha sido encarada en esta oportunidad con la técnica del "teatro en el teatro". Cuando entramos a la sala de La Cochera, nos encontramos con que hay dos posibilidades para ubicarse, al frente o atrás de un biombo que corta el espacio escénico en dos mitades. Yo me ubiqué en el "adelante", donde los clowns representan los personajes de la obra de Florencio Sánchez; en el "atrás" los clowns son clowns que deben convertirse en personajes pasando al "adelante".
El planteo de "el frente de escena opuesto al tras de escena" es realmente inteligente; nuestra atención, la de los espectadores, está permanentemente activada porque tenemos que ver lo que pasa en nuestra mitad y entender lo pasa en la otra. Y todo es absolutamente entendible.
Las actuaciones son impecables ya que en todo momento son clowns que juegan a ser personajes, pero siempre desde la perspectiva del clown. Quizá sería justicia decir que Julieta Daga es quien logra de modo excelente este objetivo, pero también es justicia decir que el resto de los actores son excelentes. Sólo debo objetar que, aún estando muy bien, en el actor que hace de padre predomina el payaso por sobre el clown. Y esto es comprensible ya que el actor pertenece al "Circo de Bolsillo", quienes hacen circo, excelente circo de payasos, en Carlos Paz y en el Parque Sarmiento. Pero creo que ha sido un acierto que, este grupo de clowns que tanto nos han divertido y emocionado con sus "Mediasnoches Payasas", haya demostrado una generosa apertura invitando a un payaso de otro grupo. Esto, indudablemente, habla bien de los clawns de Mediasnoches Payasas y habla de la loable actitud que los teatristas cordobeses están teniendo últimamente, integrándose los unos con los otros. Al respecto, fue una enorme alegría comprobar que Emilio Díaz Abregú formara parte del elenco, aunque..., ¿cuándo lo veremos nuevamente en el rol de actor? (Los que te vimos en "El Gran Fleita" quisiéramos verte nuevamente como actor).
Para los espectadores, todo el tiempo que la actuación requiere, pasa rápidamente, y eso es porque las actuaciones son excelente y porque los actores nunca se convierten "en" el personaje, sino que siempre "son" el clown que se encarga de hacer un personaje. Y porque la comunicación entre ellos, los actores, es una comunicación de complicidad, de improvisación y de diversión. ¡Los actores se divierten en escena!, y si ellos lo hacen, también nosotros, los espectadores, lo hacemos: nos divertimos.
Para terminar, sólo quisiera decir que aplaudo al jurado del Teatrés por haber seleccionado este espectáculo para el goce de los cordobeses y que aquellos que, por un motivo u otro, no vayan a verlos, se pierden una hermosa oportunidad de pasar un momento agradable y de toma de conciencia de nuestra realidad. Definitivamente la dupla Florencio Sánchez-David Piccotto es un placer para los sentidos.
A todos ustedes, gracias.
José Luis Bigi
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